Con su genial agudeza, Pascal nos legó una observación muy lúcida: «Dios se nos manifestó con suficiente claridad para que le conozcamos, y con suficiente oscuridad para que nuestra aceptación no sea forzosa sino libre». Es verdad, pero lo que de Él se nos reveló es tan grandioso que nos inunda de luz y de gozo. Nos otorga la alegría serena y profunda de quien sabe que esta vida es precaria, pero, aun siéndolo, nos ofrece posibilidades para irnos transfigurando, hasta llegar a la forma suprema de transfiguración: la transformación en Cristo, que es una participación en el misterio pascual, el de la muerte y resurrección del Señor. A esta luz, en el más sencillo y entrañable de los villancicos se nos revela el Kyrios que ha de venir con gloria al final de los tiempos. Por eso, Navidad es la gran fuente de nuestra esperanza.
Esta alegre esperanza se la deseamos de veras, en estas fiestas, a los amigos de la Fundación y a los alumnos de la Escuela de Pensamiento y Creatividad.
¡Feliz Navidad 2017!